En Bengasi, los jóvenes se preparan para la guerra mientras se forma el germen de un ejército opositor para tomar Trípoli. Allí el coronel Gadafi envía tropas y más tropas a Zaouiya y Misrata, dos ciudades claves en manos de los opositores del este donde se espera una batalla sangrienta.
Doce días después de que se desataran las hostilidades en Libia, el conflicto entre los partidarios del régimen, que han lanzado una contraofensiva en todo el país que les ha llevado incluso a volver a ocupar la frontera con Túnez, y la provincia del este, en la que las milicias se rearman como pueden, se ha enconado hasta un punto en el que resulta difícil ver el fin.
La situación la ha resumido de la siguiente manera desde Washington la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, advierte: "Libia corre el riesgo de vivir una guerra civil prolongada".
En Bengasi, la segunda ciudad del país y capital de los rebeldes, los hombres se preparan para los combates con los fieles a Gadafi.
Sus armas son anticuadas, de los años 70 y 80, pero los rebeldes aseguran que pueden defenderse y que no quieren una intervención extranjera. Militares que se han pasado a la oposición están adiestrando a civiles, tal y como informa la enviada especial de TVE, Érika Reija.
El este se prepara para la guerra
La coalición rebelde ha anunciado la formación de un Consejo Militar en Bengasi, para "defender al pueblo libio y las fronteras de Libia reconocidas internacionalmente de cualquier ataque".
La Coalición de la Revolución del 17 de febrero, que se encarga de coordinar los consejos populares que controlan las ciudades tomadas por la oposición, ha asegurado en un comunicado que se mantendrá en continuo contacto con el nuevo órgano militar, compuesto por quince oficiales.
El consejo, formado en la noche del pasado lunes, se encargará de "preparar el plan de defensa de Libia, así como del apoyo militar para la defensa de los hijos del pueblo libio en las zonas liberadas y en la capital, y también en el resto de zonas que continúan bajo el control del opresor y los mercenarios".
Además, la nota hace un llamamiento a todos los militares a incorporarse inmediatamente a sus unidades para cumplir con su deber de defender el pueblo y la unidad del país.
El objetivo último, tal y como confesaba uno de los militares que se entrenan en las escuelas de Bengasi, es marchar sobre Trípoli.
De hecho, la integrante de la coalición de la revolución Amal Bugaighis ha subrayado que "la agenda actual es la planificación militar" y que esa agenda no incluye negociaciones con el régimen de Muamar el Gadafi, que envió a los responsable de sus servicios secretos en el exterior para negociar con ellos.
Resistencia en el oeste
En el otro extremo del país, residentes en las ciudades occidentales libias de Zauiya y Nalut, controladas por la oposición, temen que los partidarios de Muamar al Gadafi intenten recuperar esos lugares y aseguran estar dispuestos para defenderlos con sus armas.
"No hay lucha ahora mismo, pero la gente se está preparando para otra confrontación", ha declarado Adel, un residente de Nalut, en declaraciones telefónicas a la cadena catarí de televisión Al Yazira, un residente de la ciudad de Nalut.
Adel ha explicado que anoche un total de 25 vehículos transportando civiles y soldados del Ejército intentaron entrar en la ciudad -a unos 300 kilómetros al suroeste de Trípoli- coreando lemas a favor del régimen, pero se quedaron a las afueras de la población.
Por su parte, el periodista Ahmed al Zawi, que ha hablado con Al Yazira desde Zauiya, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, también ha declarado que allí la población está lista para rechazar un posible intento de partidarios de Gadafi para recuperar la ciudad.
"Estamos preparados. Siempre decíamos que no teníamos armas, pero ahora, teniendo armas en nuestras manos, quien entre en la ciudad se condenará a sí mismo a la destrucción", ha agregado.
Además, ha denunciado que existen noticias sobre impedimentos que están poniendo partidarios de Gadafi para que entren a Zauiya vehículos que transportan alimentos, pero ha asegurado que, en principio, no temían un desabastecimiento.
Sin embargo, Gadafi ya les ha advertido a través del líder tribal de la ciudad que sus aviones les bombardearán si no se retiran, según ha desvelado la emisora catarí.
Mientras tanto, en la ciudad de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli, un portavoz de la Coalición de la Revolución del 17 de Febrero detallaba a la misma cadena que las fuerzas de Gadafi "han secuestrado a más de sesenta personas" en esta ciudad.
División tribal
Para añadir un último facto explosivo a este cóctel la tribu Al Zintan, una de las principales del oeste de Libia, ha instado a los fieles del líder Muamar al Gadafi a que se unan a la revolución y ha advertido de los intentos de crear tensiones entre las distintas tribus del país.
En un comunicado, leído por uno de sus representantes en la cadena de televisión catarí Al Yazira, la tribu ha hecho un llamamiento a la unidad entre todos los sectores del pueblo libio.
"Pedimos también a los fieles del régimen corrupto, que son pocos, que se unan a esta revolución para que no dejen pasar la oportunidad de ser perdonados", ha subrayado.
Además, el portavoz de la tribu Al Zintan, que se asienta en una zona próxima a Trípoli, ha advertido a Gadafi de los intentos de sembrar "fitna" (conflicto) entre las distintas tribus libias.
La tribu Al Zintan se sitúa entre las ciudades de Jado y Yefren, a poca distancia de Trípoli. El sistema tribal es una característica fundamental de la sociedad libia, donde las principales tribus son Al Muqarha, Qadafa, a la que pertenece Gadafi, y Warfallah, la más poderosa en el oeste del país.
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