8 mar 2015

La magia del amor, el mejor Analgésico


¿Por qué a los enamorados no les duele la espalda? ¿Por qué las parejas felices viven más? ¿Por qué un abrazo es analgésico?
El sentimiento de amor intenso bloquea el dolor a un nivel espinal de forma semejante a como lo hacen los analgésicos opiáceos. Como si se tratara del consumo de una droga, se ha descubierto que los enamorados tienen una mayor actividad en las áreas de recompensa del cerebro.
Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Standford, en California, donde el investigador postdoctoral Jarred Younger confirmó que ver la fotografía de tu pareja cuando estás enamorado disminuye el dolor hasta un 44%.

La magia del amor

Durante el enamoramiento se iluminan las regiones cerebrales que se ocupan del placer. Cada mañana que te levantas enamorado tus neuronas expertas en estas emociones se encienden y a medida que pasa el día, tu cerebro trabaja para que tu cuerpo experimente el efecto placentero del amor.
Estas sensaciones se construyen en el interior del núcleo accumbens, una pequeña región confinada en el lóbulo frontal. Ahí se producen transformaciones cerebrales extraordinarias. Las neuronas localizadas en éste núcleo cambian anatómicamente cuando estamos enamorados. El cuerpo experimenta sensaciones muy intensas a las que no suele estar acostumbrado. La demanda del placer y de la felicidad aumenta, por tanto, se necesitan más conexiones especializadas en estas emociones.
Cuando una neurona recibe una información de otra neurona, la recoge a través de unos receptores localizados en sus dendritas. Imagina una dendrita como un buzón donde puedes  depositar cartas. Una pareja enamorada siente un amor tan intenso que las neuronas del núcleo accumbens son capaces de crear más dendritas para que llegue más información. El cerebro aumenta la existencia de buzones destinados al amor porque se siente saturado.
Estamos acostumbrados a separar cuerpo y mente, pero nuestro ser no trabaja en dualidad. Es un conjunto de factores íntimamente relacionados. La fisiología del cuerpo trabaja al unísono con la fisiología del pensamiento y de las emociones.  Estar con tu pareja cuando estás enamorado hará que la zona de tu cerebro encargada del placer se estimule con más fuerza.
Cuando lE ves llegar, el núcleo accumbens segrega una mayor cantidad de dopamina provocando una mayor felicidad y una sensación más agradable.

Más amor y menos paracetamol

Se inclina hacia ti, te mira y rodea tu cintura con sus brazos. Cierras los ojos y tu mundo se desvanece entre sus labios. Sientes nacer y morir en ese preciso momento. Quieres que ese sentimiento nunca se apague y que esos besos duren para siempre. El dolor se desvanece al ritmo de su respiración. Tu frecuencia cardíaca y respiratoria aumenta, te tiemblan las manos y tus piernas frágiles parece que hoy no tengan su día y pierdan su fuerza al andar. Sientes ese extraño revoloteo en tu estómago, como si hubiera vida ahí abajo. Tartamudeas y te cuesta pensar en otra cosa, en otro alguien…te dejas llevar y os fundís en un largo y cálido abrazo.
Una emoción debe durar en torno a 6 u 8 segundos para que el cerebro la considere importante y libere por el cuerpo las sustancias químicas correspondientes. Por tanto, si queremos sentir un abrazo, por lo menos, deberá durar 6 segundos.
Los antidepresivos y analgésicos contienen compuestos químicos que se encuentran en el cuerpo de una persona enamorada. O mejor dicho, el amor es capaz de liberar al cuerpo sustancias que palian el dolor y la tristeza de forma natural y espontánea.
Cuando nos hacemos daño, inconscientemente nuestro cerebro ordena que tomemos dos poderosas medidas analgésicas, tocarnos y movernos. Al darnos un golpe en la mano, por ejemplo, lo primero que hacemos, y de forma muy rápida, es agarrárnosla con la otra mano. La apretamos fuerte mientras ponemos cara de sufrimiento, e inmediatamente la soltamos y la agitamos de arriba abajo. No subestimes el poder analgésico del tacto y del movimiento.

Amor y enamoramiento: drogadictos del amor

Si los miembros de cualquier especie sufriesen habitualmente, no se ocuparían de propagarse. Esta consideración me hacer creer que todos los seres vivos estamos programados para disfrutar de la felicidad. Charles Darwin, Autobiografía, 1876.
El amor enciende las mismas neuronas y segrega las mismas sustancias que cuando tomamos alguna droga. Por eso, cuesta tanto desintoxicarse cuando hay una ruptura. Sin embargo, como con cualquier droga, el cuerpo se adapta y cada día lo va tolerando mejor hasta que por arte de magia, tu pareja no te coloca tanto como el primer día. Es normal, y natural. Pero el amor es mucho más que el enamoramiento. Hay quien persigue el enamoramiento, siendo incapaz de mantener una relación solida con amor por más de dos o tres años, siendo infieles a sus parejas o rompiendo con ellas por nuevos sentimientos de atracción hacia otra persona.
El se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y al llegar el otoño no supo qué hacer.
El enamoramiento es una respuesta instintiva, nuestra genética siente la necesidad de exhibirse o procrear. Te sientes libre, te acicalas, te obsesionas, fantaseas y por fin aparece la respuesta a tu plegaria: “ya no voy a estar solo, quiero que me quieran”. En el enamoramiento todo sucede solo, te dejas llevar. Y esta fase suele durar 18 meses. Como no podemos entender lo que no conocemos es necesario recibir esta información, pues a partir del año y medio bajas de la nube y es normal que empieces a sentir atracción por otras personas. Hay quien rompe con su pareja porque ya no está enamorada, y empiezan otra relación sin saber que dentro de unos meses las mariposas volarán de la misma forma.
Sin embargo, el amor va mucho más allá. Es algo sensato, y al contrario del enamoramiento, sí puede durar para siempre. Pero en esta fase las cosas ya no suceden solas, hay que poner de tu parte para que el amor no se convierta en cariño o simple afecto. Si la persona que está a tu lado te hace feliz y sonreír, ¡no la dejes escapar! sigue yendo al gimnasio, sigue acicalándote, sorpréndela y compartid vuestra alegría con el resto del mundo.
No puedes pretender vivir una vida enamorado, pero sí con amor. Es natural que con el paso del tiempo tu pareja y tú  ya no viváis en las nubes como cuando empezasteis, pero millones de parejas nos enseñan que se puede ser muy feliz con los pies en la tierra.
Luchamos por amor, soñamos con encontrar nuestra pareja ideal, un príncipe azul que no destiña los días de lluvia, vivir la historia perfecta de conocer a nuestra media naranja, que siga nuestras huellas, que se enamore de nuestras grietas cardíacas. Coleccionar sonrisas y compartir las experiencias que siempre añoramos merecer. Es la compleja necesidad humana de sentirnos conectados, de sentir que en este mundo de desconocidos no estamos solos, de conocer a alguien que nos dé un abrazo de 6 segundos.

Aplicación del amor en fisioterapia

Un buen fisioterapeuta no trata la enfermedad, sino a la persona que la padece.
La fisioterapia es el arte que nos devuelve la libertad de movimiento. A través de diferentes técnicas, el fisioterapeuta facilita los procesos curativos del propio cuerpo del paciente. La terapia estimula diferentes mecanismos internos que llevan al paciente a restablecer su bienestar físico.
La mayoría de las veces, el dolor es el principal motivo de consulta siendo, por tanto, el objetivo prioritario. Existe un mundo de herramientas para corregir una disfunción física y múltiples formas de trabajar para conseguirlo.
Cuantos más “mecanismos analgésicos” conozcamos, mayor probabilidad de eficacia tendremos. No existe ninguna maquinaria más compleja que la del ser humano y, a veces, pecamos en simplificar una lesión y ceñirnos al protocolo de tratamiento terapéutico, olvidándonos de que cada cuerpo esconde sus peculiaridades que le hacen especial y único.
Sumergiéndonos en una terapia que vaya más allá de contactar con el paciente a través de un cabezal de ultrasonidos, un buen profesional de fisioterapia debe saber acompañar al paciente durante todo el proceso lesivo.
Técnicas de coaching han demostrado resultados positivos para la salud. Así, tenemos ensayos clínicos que afirman, por un lado, un control más efectivo del dolor en pacientes que presentan cáncer o enfermedades crónicas como la fibromialgia, y por otro lado, un mayor cumplimiento del tratamiento activo (actividad física, alimentación…). Los terapeutas que trabajan a través de la escucha activa, un trato verbal de empatía, seguridad, confianza y una buena sintonía no verbal, entre otras técnicas, consiguen una mayor implicación del paciente en el tratamiento, una mayor conciencia de la enfermedad y una mejor gestión de las emociones

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