Posted by : nydia 19 dic 2013

¿Cuántas horas al día debemos practicar? Esta es una pregunta con muchas respuestas. En este artículo, el Dr. Kageyama nos da un numero de variables y comportamientos que nos ayudaran a definir cuanto tiempo es bueno para cada músico. La práctica deliberada es la clave para la respuesta a esta pregunta. Espero que este artículo les ayude a encontrar la manera más efectiva de practicar. “Practica con tus dedos y necesitaras todo el día. Practica con tu mente y lo podrás hacer en una hora y media”. Leopold Auer

David López  
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¿2 horas? ¿4 horas? ¿8 horas? ¿12 horas?

¿Cuánto es suficiente?

¿Existe el “practicar demasiado”?

¿Existe un número óptimo de horas que debo practicar?

¿Qué dicen los instrumentistas?

Algunos de los grandes artistas del siglo veinte han hablado sobre este tema. Recuerdo que leí una entrevista con  Rubinstein hace algunos años, en la cual decía que nadie debe de practicar más de cuatro horas al día con la explicación de que si alguien necesita practicar más de cuatro horas al día, probablemente no lo está haciendo bien.

Otros grandes artistas expresaron ideas similares. Se dice que ViolinindesNathan Milstein  una vez le preguntó a su profesor   Leopold Auer  cuantas horas al día debería estar  practicando ( once asked his teacher Leopold Auer how many hours a day he should be practicing). Auer le respondió diciendo “Practica con tus dedos y necesitaras todo el día. Practica con tu mente y lo podrás hacer en una hora y media.”

Heifetz también afirmó que él nunca creyó en secciones largas de práctica y que la práctica excesiva es “!tan nociva como no practicar nada!” Decía que en promedio practicaba no más de tres horas al día y que no practicaba los domingos. Saben que esta no es una mala idea, uno de mis profesores Donald Weilerstein, me recomendó que estableciera un periodo de tiempo de 24 horas cada semana en el que no se me estaba permitido tocar el instrumento.

¿Qué dicen los psicólogos?

Cuando se trata de entender   la experticia y de tocar como un experto, el psicologo  Dr. K. Anders Ericsson es quizás la autoridad mundial en este tema. Su investigación es la base para la “regla de los diez años” y “la regla de las 10.000 horas” que sugiere que se requiere al menos diez años y y/o 10.000 horas de practica deliberada para lograr un nivel de experto en el desempeño de cualquier disciplina  y, para el caso de los músicos, a menudo cerca de 25 años para lograr un nivel elite internacional. Note que la clave real no es la cantidad de practica que se requiere (la cantidad exacta de horas es debatible)  sino el tipo  de práctica que se requiere para alcanzar el nivel experto en la interpretación del instrumento. En otras palabras, practicar de la vieja forma no es suficiente.

Práctica descuidada

¿Alguna vez has escuchado a alguien mientras practica? ¿Te has escuchado ti mismo mientras practicas?  Grábate a ti mismo por una hora, sal y camina un poco por la escuela de música y escucha a escondidas algunos de tus colegas o pídele a tus estudiantes que se imaginen que están en su casa y obsérvalos practicar durante su lección. ¿Qué observas?

Notaras que la mayoría de los estudiantes que practican descuidadamente, ya sea repitiendo (“practicar este pasaje  10 veces” o “practicar esta pieza por  30 minutos”) o practicar en modo autopiloto  (sucede cuando tocamos una pieza hasta que escuchamos algo que  no nos gusta, paramos, repetimos el pasaje de nuevo hasta que suena mejor y continuamos la pieza hasta que  escuchamos la siguiente cosa con la que no estamos satisfechos,  momento en el que comenzamos todo el proceso nuevamente).  Hay tres importantes problemas con un método de práctica descuidado.

1. Es un desperdicio de tiempo

¿Por qué? Primero, cuando se practica de esta manera ocurre muy poco aprendizaje productivo. Esta es la manera como podemos practicar una pieza por horas, días, semanas y sentir que no hemos mejorado mucho. Mucho peor, lo que estas realmente haciendo es cavando tu propia tumba ya que lo que hace este modelo de práctica es fortalecer aquellos hábitos y errores indeseables, aumentando literalmente tus posibilidades de cometer errores de una manera consistente mas adelante. Esto hace que sea más difícil corregir los malos hábitos en el futuro,  de manera que te encuentras adicionado más tiempo de práctica del que es necesario con el fin de  eliminar esos malos hábitos y malas tendencias. Una vez trabajé con un profesor de saxofón que le gustaba recordarle a sus estudiantes que “la práctica no lo hace a uno perfecto sino que crea hábitospermanentes”  (“Practice doesn’t make perfect, practice makes permanent.”)

2. Pierdes la confianza

Además, practicar descuidadamente disminuye la confianza en ti mismo, ya que una parte de ti se da cuenta que no sabes realmente como producir consistentemente los resultados que quieres. Incluso si estableces una tasa de éxito alta en los fragmentos más difíciles por medio de la practica descuidada  y  te das cuenta que puedes tocar correctamente tres o cuatro veces de cinco intentos, tu nivel de confianza no crecerá mucho. La confianza real en el escenario proviene de (a) ser capaces de tocar correctamente diez veces de diez intentos, (b) darse cuenta que no es una coincidencia que puedas tocar correctamente cuando quieras y más importantemente (c) saber precisamente las razones por las que tocas correctamente o por las que fallas. Por ejemplo, sabes exactamente lo que necesitas hacer desde el punto de vista de la técnica para tocar un pasaje correctamente cada vez que quieras.

Quizás no puedas tocar perfectamente al principio, pero para eso es que el la repetición, para reforzar los buenos hábitos hasta que son más fuertes que los malos hábitos. Se parece un poco a cuando tratamos de tener un césped bonito. En vez de entablar una batalla de nunca acabar con la maleza, inviertes tu tiempo tratando de cultivar  el césped de manera que con el tiempo el césped es mayor que la maleza.

Y más importante aún. Tendemos a practicar inconscientemente, y terminamos tratando de tocar en el escenario de una manera consiente lo cual no es una gran fórmula para el éxito. Recuerda en este artículo (http://www.davidlopeztuba.com/1/post/2013/11/cmo-hacer-de-la-ansiedad-al-tocar-una-ventaja-en-vez-de-un-problema.html) que tenemos una tendencia a pensar con el sobre analítico hemisferio izquierdo del cerebro cuando estas en el escenario. Pues bien, si has practicado inconscientemente, en realidad no sabes tocar la pieza perfectamente cuando quieras. Cuando de repente tu cerebro pasa a estar en el modo de total conciencia, terminas en pánico porque no sabes qué instrucciones darle a tu cerebro.

3. Es tedioso y aburridor 

Practicar descuidadamente es una faena. La música es quizás una de las actividades basadas en habilidad en la que los objetivos de la práctica se pueden medir en unidades de tiempo. ¿Todos hemos tenido profesores que nos dicen que nos vayamos a casa y practiquemos un pasaje x número de veces o que practiquemos x número de horas, verdad?  Lo que realmente necesitamos son objetivos más específicos tales como “practica este pasaje hasta que suene como ____”, o “practica este pasaje hasta que puedas sonar como _____”.

Después de todo, no importa cuánto tiempo pasamos practicando algo, lo único que importa es que sepamos como producir los resultados que queremos y lo podamos hacer consistentemente cuando queramos.

Práctica deliberada

¿Qué es práctica deliberada  o consiente? La práctica deliberada es una actividad sistemática y altamente estructurada, la cual es,  a falta de un mejor término, científica. En vez de un proceso inconsciente de  ensayo y error, es un proceso de experimentación consciente y activo con objetivos e hipótesis claros. El violinista Paul Kantor  una vez dijo que el salón de práctica debe de ser un laboratorio donde uno puede  jugar con ideas diferentes, musicales y técnicas, para ver  que combinación de ingredientes produce los resultados que buscas.

La práctica deliberada es a menudo lenta y requiere de la repetición  de pequeñas secciones específicas de tu repertorio en vez de tocar de principio a fin (es decir, trabajar en la primera nota de tu solo para asegúrate de que “habla” exactamente cómo quieres que sea en lugar de tocar toda la primera frase.)

La práctica deliberada requiere la supervisión  de nuestras presentaciones en el escenario (en tiempo real pero también por medio de grabaciones), buscando continuamente nuevas maneras de mejorar. Significa que tenemos que escuchar lo que pasa para poder decir exactamente qué fue lo que falló. Por ejemplo, ¿la primera nota salió alta? ¿Baja? ¿Demasiado forte? ¿Muy suave? ¿Muy estridente? ¿Demasiado corta? ¿Muy larga?

Digamos que la nota salió muy alta y muy larga sin suficiente ataque al comienzo. Bien, ¿cuán alta salió? ¿Poco? ¿Mucho? ¿Cuánto sobró con respecto a lo longitud que querías que sonara? ¿Cuál es la intensidad del ataque que querías?

Ok, la nota estaba un poco más larga, y necesitaba un ataque mucho más claro para que correspondiera a la articulación y a las dinámicas marcadas en la partitura. Entonces, ¿Qué la nota salió alta?  ¿Qué hiciste? ¿Que necesitas hacer para asegurarte que la nota salga perfectamente a voluntad? ¿Cómo te aseguras de que la longitud de la nota es la que quieres exactamente y qué haces para tener un ataque limpio y consistente al comienzo de la nota para que la frase empiece con el carácter correcto?

Ahora, imaginémonos que grabaste todo y puedes escuchar como sonó el último intento.  ¿Esa combinación de ingredientes te da el resultado que quieres? En otras palabras, ¿la combinación de ingredientes expresa el estado de ánimo y el carácter que deseas comunicar a la audiencia tan efectivamente como pensaste que sería?  Pocos músicos se toman el tiempo de parar, analizar qué fue lo que falló, por qué  paso y cómo corregir el error de manera permanente.

¿Cuántas horas al día debo practicar?

Te vas a dar cuenta de que la práctica deliberada es muy agotadora, dada la tremenda cantidad de energía que se requiere mantener todos nuestros recursos de atención para la tarea que se está realizando. Practicar mas de una hora cada vez va a ser probablemente improductiva y honestamente, probablemente imposible mental y emocionalmente. Incluso los individuos más dedicados tendrían dificultades para practicar más de cuatro horas al día.

Hay estudios que han variado la duración de la práctica diaria entre 1 hora y 8 horas, y los resultados sugieren que se obtiene poco beneficio cuando se practican más de cuatro horas al día y que las posibilidades de beneficio decrecen después de la segunda hora.  La clave es controlar siempre el nivel de concentración que eres capaz de sostener.


5 claves para una práctica más efectiva 

1. Duración

Defina la duración de sus secciones de práctica de acuerdo al tiempo en el que pueda estar totalmente concentrado. Puede ser tan corto como  10-20 minutos para estudiantes jóvenes y tan largo como  45-60 minutos para músicos experimentados.

2. Sincronización

Mantén un registro de los momentos durante el día en el que tienes la mayor cantidad de energía. Puede que sea a primeras horas de la mañana o antes del almuerzo, etc. Trata de llevar a cabo tus secciones de práctica durante estos periodos de tiempo naturalmente productivos ya que son momentos en los que serás capaz de enfocarte y pensar más claramente.

3. Objetivos

Utiliza una libreta de anotaciones. Mantén un registro de los objetivos de tu práctica y lo que descubres  durante tus secciones de práctica. La clave para entrar en la “zona” cuando practicamos es buscar constantemente la claridad de nuestra intención. En otras palabras,  tener una idea clara del sonido que quieres producir, o la frase particular que quieres ensayar o la articulación específica, la afinación, etc. para que puedas tocarla consistentemente. Cuando descubres algo, anótalo en la libreta.  A medida que empecé a practicar más cuidadosamente, comencé a aprender tanto durante mis secciones de práctica que si no escribía cada descubrimiento, lo olvidaría.

4. Más inteligente no más fuerte 

Algunas veces si un pasaje en particular no está saliendo como quieres, quiere decir que necesitas practicarlo más. También hay momentos en los cuales no necesitamos practicar más fuerte sino que necesitamos una estrategia o técnica diferente.

Recuerdo que tenía problemas con el pizzicato de mi mano izquierda en la variación del capricho 24 de Paganini. Me estaba dando frustración y continuaba tratando más duro para hacer que las notas hablaran, pero todo lo que logré fue herir mis dedos hasta el punto de sangrar. Me di cuenta que tenía que haber una forma más inteligente, más efectiva de lograr mi objetivo.

En lugar de tratar obstinadamente de usar una estrategia o técnica que no estaba funcionando para mí, me obligué a dejar de practicar dicho fragmento. Pensé en diferentes soluciones al problema durante un día o dos y escribí las ideas a medida que sucedían. En el momento en el que creía que tenía algunas soluciones prometedoras, empecé a experimentar. Finalmente, encontré la solución en la que había estado trabajando por una semana o más y toqué el capricho para mi profesor y ¡él me preguntó cómo hacia hablar las notas tan claramente!

5. Modelo de resolución de problemas

Considera este resumido modelo de 6 pasos para resolver problemas (adaptación de varios  procesos de resolución de problemas (problem solving processes) en línea).

  1. Define el problema (¿Cómo quiero que suene esta nota o frase?)
  2. Analiza el problema (¿Cuál es la causa de que suene así?)
  3. Identifique las soluciones potenciales (¿Qué debo cambiar para hacerlo sonar más como yo quiero?)
  4. Pruebe las soluciones potenciales para seleccionar cual es la más efectiva (¿Cuál parece haber funcionado mejor?)
  5. Implemente la mejor solución (haga que los cambios sean permanentes.)
  6. Supervise la implementación (¿Estos cambios continúan produciendo los resultados que estoy buscando?)
O más simple todavía, mira este modelo del libro de  Daniel Coyle “The Talent Code".

  1. Escoja un objetivo
  2. Trate de alcanzarlo
  3. Evalue la distancia entre el objetivo y  usted.
  4. Vuelva al paso uno
No importa si hablamos de perfeccionar la técnica o  de experimentar con diferentes ideas musicales. Cualquier modelo que defina objetivos claramente articulados que nos inviten a pensar más inteligentemente y más sistemáticamente nos ayudará a disminuir tiempo perdido de práctica ineficaz.

Después de todo, ¿quién quiere pasar todo el día en el salón de práctica? ¡Entre, haga las cosas bien y salga!

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